Sin duda, nos hallamos ante un momento de efervescencia editorial en el que no dejan de proliferar pequeñas alternativas en torno al mundo de los libros. En ese goteo de proyectos, de ideas y esfuerzo, El Verano del Cohete ha conseguido alcanzar una madurez a lo largo de sus tres años de actividad. O, dicho de otra manera, apuntalar con cada obra publicada las sensaciones que dejaron sus dos primeros libros. Un espacio habitado por la fantasía y el dibujo, por la creación propia y la ilustración de clásicos minúsculos de la historia de la literatura. En el que, como eslabones de una misma cadena, autores y editores establecen vínculos y tienden puentes entre la novela, el relato y el cómic. Con humor gótico, melancolía, colores vivos y encuadres cada vez más limpios. Visto así, lo que distingue a El Verano del Cohete de otros proyectos similares es que su trayectoria nos ha permitido observar cada etapa en su crecimiento como editorial; también como autores. De ahí, pues, que su catálogo tenga un poso de autobiografía, de hito en mitad del camino sobre el que marcar un momento y capturar el entusiasmo que activó su creatividad.
La librería Bartleby, uno de los espacios que más ha dado voz a las pequeñas editoriales independientes, acogió el pasado viernes una charla-encuentro con Mayte Alvarado y Borja González, los dos editores de El Verano del Cohete. La velada fue un buen punto de encuentro para discutir el desarrollo de su proyecto, la fortuna de las obras publicadas, los gustos, los intereses y las inquietudes de sus artífices. Pero, sobre todo, para poner en contacto ese entusiasmo sin el cual, en definitiva, no habría sido posible mantener una iniciativa de esas características. Con ellos hablamos en la charla que podéis ver a continuación.
Número siete
Las penúltimas cosas
Cámara: Francisca Pageo
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